Aquí estamos, sentados en el capó de tu coche observando la ciudad levantándose sobre nuestros pies llena de luces. Luces, cámaras y acción, empieza de nuevo la película de mi vida, con imágenes de bajo presupuesto y cortes inesperados, pero solo las secuencias donde tu sonrisa es lo único que aparece. La sonrisa la perdí uno de esos días en los que dejarías escapar hasta el alma. Pero aquí seguimos tú y yo sobre el capó de tu coche preguntándonos cuando el cielo dejó de tener estrellas para convertirlo todo en nubes negras. Aquí seguimos tú y yo, tirándonos al vacío a la más mínima ocasión, pero solo el uno por el otro, porque si realmente esto fuera una película producida y protagonizada por mi el día del estreno en la butaca de al lado solo habría un sitio para ti. Odio mi final, pero empezó con una buena escena.
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